Guía dirigida a profesoras, promotoras educativas comunitarias y comunidad educativa que brinda orientaciones para implementar el buen trato en las instituciones educativas, programas de atención no escolarizada de Inicial, hogar, comunidad, etc. en el marco del respeto a la persona, a sus valores, cultura, lengua, costumbres y creencias.
Desde 1991, cuando el Perú ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño y se adhirió a posteriores tratados internacionales a favor de la niñez y de la mujer, se ha mostrado la voluntad del Estado en brindar las condiciones apropiadas y necesarias para un adecuado y óptimo desarrollo de los niños y niñas de nuestro país.
Niños y niñas son seres en permanente cambio, cambian físicamente en talla y peso, a la vez que adquieren destrezas para sentarse, gatear, caminar; pasar de alimentarse con líquidos a hacerlo paulatinamente con sólidos; reconocer a las personas cercanas de la familia y sonreírles, no reconocer a los extraños y llorar; no entender que lo que no ve todavía existe; entender el punto de vista del otro; ir al baño; hablar. Estos logros nos hacen pensar que hay una serie de tareas en el desarrollo infantil que deben cumplirse paulatinamente en tanto el entorno familiar y social sean favorables.
Sin embargo, la presión de responder a las exigencias de un mundo cada vez más competitivo obliga a querer acelerar el aprendizaje de la lectura y la escritura, la competencia por ganar hace que se pierda de vista la riqueza del Nivel Inicial como un lugar de tránsito entre el hogar y la escuela, en el cual se aprende jugando, socializando, disfrutando y experimentando con una diversidad de materiales concretos, así como el contar o escuchar un cuento, cantar, hacer modelado o pintar, conversar que son tareas gratificantes que fortalecen su autoestima y su capacidad para hacer frente a la vida.
Quizás el desconocimiento de las necesidades que corresponden a esta etapa puede hacer que las familias esperen o se empeñen en hacer que lean, que escriban, seguramente los niños lo harán, aunque ya no como un proceso madurativo, que los lleva a descubrir, explorar, sino por condicionamiento introduciendo el uso del lápiz, las planas y sobre todo privando a los niños del derecho a jugar para aprender; es importante recordar que el aprendizaje formal de la lectoescritura corresponde al primer y segundo grado del Nivel Primaria.
“Aproximadamente la mitad de las habilidades mentales de un niño dependen de la calidad y la consistencia del
cuidado social y emocional, y de las oportunidades para el aprendizaje que dicho niño reciba, especialmente durante los primeros cinco años de vida” Engle, P. (2007)
Es sumamente importante tener en cuenta quién es el niño o niña que tenemos frente a nosotros, cuáles son sus características, sus potencialidades, sus limitaciones, para poder desarrollar una relación significativa con ellos que vaya más allá de la tarea tradicional de transmitir conocimientos, que se encuentran en un momento crucial y de máxima potencialidad de sus vidas, entonces reconoceremos la necesidad de brindarles oportunidades para su crecimiento y desarrollo en un entorno de afecto, empatía, comunicación, resolución no violenta de con-
flictos y uso adecuado de la jerarquía.
Es en este sentido que la Dirección de Educación Inicial, con el fin de contribuir al desarrollo emocional saludable del niño y niña, pone a disposición la presente guía con orientaciones para implementar el buen trato en las instituciones educativas, programas de atención no escolarizada de Inicial, hogar, comunidad, etc.
Esta guía está dirigida a profesoras, promotoras educativas comunitarias y comunidad educativa en general en el marco del respeto a la persona, a sus valores, cultura, lengua, costumbres y creencias.
La Guía se divide en tres capítulos. En el capítulo 1 encontraremos conceptos básicos y enfoques para entender y promocionar una cultura del buen trato. Del mismo modo veremos el manejo de la disciplina en el aula y la importancia de contar con un clima emocional favorable.
En el capítulo 2 trataremos sobre los efectos negativos de vivir en una cultura violenta, como son el maltrato, el abuso sexual y el trabajo infantil. Revisaremos también algunos indicadores para detectar el maltrato en los niños y el rol y procedimientos para la atención de los casos de maltrato o abuso.
Finalmente, en el capítulo 3, profundizaremos más en la cultura del buen trato, revisando algunas alternativas posibles de implementar en las instituciones educativas y programas no escolarizados de Educación Inicial y las formas de lograr una cultura que sostenga este tipo de comportamientos.
Dejamos esta Guía en manos de personas comprometidas para que pueda ser utilizada como un instrumento en su trabajo cotidiano de promoción y protección del buen trato a los niños y niñas con los que trabajan y una mejor forma de vivir en un ambiente agradable.
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