La vida cotidiana está llena de oportunidades para que las niñas y los niños den su opinión y participen en algunos asuntos familiares según sus posibilidades.
En ese sentido, el rol del adulto es fundamental para promover estos espacios.
En esta experiencia de aprendizaje, las niñas y los niños tendrán diferentes oportunidades para expresar sus ideas, opiniones y emociones.
Asimismo, tendrán la posibilidad de elegir sobre aquello que les gusta y no les gusta hacer, dar razón sobre las decisiones que toman y reconocer que algunas de sus decisiones tal vez no pueden realizarse.
Además,
compartirán con su familia las actividades cotidianas y las rutinas, escucharán historias, propondrán juegos y descubrirán lo que son capaces de hacer por sí mismos sin ayuda de los demás.